Receta de patatas rellenas de atún, beicon y queso
Los mejores trucos para que esta receta versátil siempre te salga perfecta e, incluso, original.
Hay ingredientes muy sencillos que, sin embargo, dan lugar a platos a prueba del paladar más exigente. Si encima son recetas de aprovechamiento, no se puede pedir más. En esta ocasión preparamos unas patatas rellenas con atún, beicon y queso que pueden ser un entrante o acompañante del plato principal en tu mesa durante la Navidad.
IMPORTANTE. Si eres amante del queso, te recomendamos que juegues con una mezcla de varios para enriquecer el sabor. Procura que todas las variantes que utilices sean de las que funden bien.
Por otra parte, si tienes una freidora de aire, puedes usarla en lugar del horno. El resultado es igual de espectacular, pero supone un interesante ahorro energético.
Tiempo: 1 hora y 25 minutos para todo el proceso completo. Si aprovechas unas patatas cocidas que usaste de acompañamiento a un plato de carne o pescado, el tiempo de preparación se reduce a unos 40 minutos. Eso sí, recuerda que para hacer patatas rellenas, estas deben hervirse y presentarse con la piel, partidas por la mitad.
Ingredientes de las patatas rellenas
- 4 patatas de tamaño mediano.
- 4 lonchas de beicon.
- 4 lonchas de un queso que se funda bien, por ejemplo, el que se usa para hacer sándwiches calientes.
- 4 pimientos del piquillo. Es más práctico y cómodo usar los que ya vienen asados en conserva.
- 125 gramos de atún.
- Queso rallado.
- 4 cucharadas de salsa de tomate.
- Sal.
- Orégano.
Preparación de las patatas
Lava bien las patatas. Puedes usar un cepillo de dientes para dejar la piel completamente limpia de restos.
Por otro lado, utiliza una olla de tamaño suficiente para que las patatas cuezan completamente sumergidas en agua. Debes cocerlas las hasta que queden tiernas, el tiempo depende del tamaño de las piezas. Eso sí, para comprobar el punto exacto, pincha con un tenedor. Si la patata se suelta fácilmente, es el momento de apagar el fuego. Hecho esto, déjalas enfriar.
Preparación del relleno
Corta el beicon, los pimientos y el queso en daditos, y reserva una loncha de beicon para la presentación.
A continuación, parte las patatas por la mitad y vacíalas usando una cuchara. Debes asegurarte de dejar un borde con el grosor suficiente para que no se rompa al rellenar la patata.
Mezcla ahora en un bol todos los ingredientes (las patatas hechas dados, el atún, el queso, los pimientos y el atún), y añade la salsa de tomate. Prueba el sabor del conjunto y, si es necesario, añade sal. Rellena las mitades de las patatas, con cuidado de que no se desborden.
Seguidamente, prepara una bandeja de horno, untando el fondo con mantequilla o aceite para que no se peguen las patatas rellenas. También puedes usar papel vegetal para hornear, o láminas de silicona. Coloca las patatas en la bandeja y cúbrelas generosamente con queso rallado. Para dar un toque de color, espolvorea trocitos de beicon y pimiento que, previamente, has cortado.
Enciende el horno a 240 grados, en la posición de calor abajo y arriba sin aire, y asa las patatas rellenas durante unos 15 minutos, o cuando veas que el queso ha fundido.
Trucos para hacer patatas rellenas
Estas recomendaciones te resultarán muy útiles para asegurarte de que tus patatas rellenas son verdaderamente exquisitas.
Elección de las patatas
Existen multitud de variantes de este tubérculo en el mercado. Para las patatas rellenas es recomendable usar las patatas Monalisa, por su tamaño, porque tienen la piel muy fina y porque quedan muy tiernas.
Otra opción son las patatas Desireé, la que todos conocemos como patata roja, por su sabor más dulce y por su textura. O la variedad Ágata, que es la patata blanca de toda la vida. En cualquier caso, merece la pena optar por unas patatas frescas y de calidad.
¿Cocer o asar?
La fórmula clásica de preparar las patatas para luego rellenarlas es ponerlas a hervir en una olla con abundante agua y una pizca de sal, como te hemos explicado al principio de esta receta.
Pero hay quienes prefieren hornearlas. En ese caso, hay que envolver individualmente cada pieza en papel de aluminio. Después, las metes al horno, a temperatura de 180 grados, con calor superior e inferior. Tendrán que estar asándose en torno a unos 40-45 minutos.
¿Cómo evitar que se rompan?
Entre los utensilios que siempre viene bien tener en la cocina, te recomendamos que incluyas al menos una cuchara sacabolas o parisien. Es una herramienta muy versátil, con un precio muy económico, y opción perfecta para vaciar las patatas y evitar que se rompan.
Además, es importante que se enfríen completamente antes de comenzar a quitar la pulpa. Hazlo despacio y poco a poco, y teniendo mucho cuidado de no dejar solo la piel, sino una buena capa de carne alrededor.
Distintas formas de corte
La forma clásica de las patatas rellenas es la que te hemos explicado en el paso a paso de la receta. Es decir, una patata cortada por la mitad. Sin embargo, hay otras opciones de corte menos habituales que pueden darle ese toque de originalidad a tu menú estas Navidades. En todos los casos, tienes que mantener las patatas con la piel, nunca pelarlas.
- Corte con agujero central. La idea es hacer un vaciado como el de las manzanas o las peras cuando se quitan las pepitas centrales, pero evitando que pierdan su forma. Los descorazonadores resultan, de hecho, muy prácticos para hacer este vaciado en las patatas. Además, es mejor que lo hagas en las patatas crudas y, una vez tienen el agujero, las pongas a cocer.
- Corte en vertical. Hay que hacer un corte recto en los dos extremos de la patata, porque se trata de que las patatas rellenas se puedan mantener “de pie”. Una vez tienes la base cortada, para que puedan apoyarse, se tiene que vaciar el interior, con ayuda de una cuchara de café o postre.
Un cocinado alternativo
Las patatas rellenas tradicionalmente se han finalizado con un gratinado en el horno, pero la innovación también ha llegado a esta receta. Te proponemos dos variables que van a sorprender a tus comensales, tanto como sabrosos son sus resultados.
- Patatas rellenas frías. Una solución ideal para combatir los calores del verano. También es una fórmula perfecta para hacer un entrante rápido o canapé que complemente cualquier menú cuando hay invitados en casa. Además, puedes aprovechar las sobras de marisco de navidad, para hacer un relleno con langostinos o gambas, tomate, lechuga y mahonesa.
- Patatas rellenas fritas. Para esta opción, es preferible usar patatas de un tamaño más pequeño y con forma más redondeada. Una vez que las has rellenado, se trata de pasarlas por la sartén y freírlas. La piel tiene una textura crujiente, que realmente contrasta a la perfección con la suavidad y cremosidad del relleno interior.
Por último, si eres amante de los sabores exóticos, las especias son tu mejor aliado para dar a las patatas rellenas un toque distinto. La menta o el comino, por ejemplo, aportan ese aire de cocina árabe a cualquier relleno de carne. Un punto de picante, por su parte, te trasladará a lo mejor de la gastronomía mexicana.
Esta receta es tan versátil y admite tantas aportaciones, que es imposible que no triunfen en cualquier mesa. De hecho, son unas magníficas representantes de la cocina de aprovechamiento.
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