Hacer ejercicio físico por la tarde produce más beneficios

18 jun. 2024

Hacer ejercicio por la tarde es ideal para aumentar los niveles de energía, controlar el azúcar, reducir el estrés, regular el reloj biológico y prolongar la vida, según los estudios científicos.

Hacer ejercicio físico por la tarde produce más beneficios

Partamos de la premisa de que hacer ejercicio a cualquier hora del día es siempre beneficioso para la salud. Sin embargo, la ciencia señala que hay horas en que los efectos de la actividad física son aún más positivos.

Muchas personas prefieren hacer ejercicio a primera hora de la mañana y está muy bien, pero el cuerpo está en su mejor momento de resistencia y fuerza a partir del mediodía. Según la literatura científica, hacer deporte por la tarde tiene una serie de ventajas.

Más energía disponible

Debido a que se ha comido por lo menos un par de veces, por la tarde la mayoría de personas tiene unos niveles de glucosa en la sangre más altos que en cualquier otro momento del día.

Esto significa que se dispone de más energía para afrontar un entrenamiento más duro. Como consecuencia, el gasto calórico es, de media, un 10% más alto en las personas que hacen ejercicio por la tarde. Además, una investigación publicada en Physiological Reports halló que hacer ejercicio entre las 15 las 18 horas ayuda a mejorar el control del azúcar incluso en personas en riesgo de diabetes tipo 2 o que ya sufren la enfermedad.

Por otra parte, cuando se lleva unas horas despierto y activo, aunque no se haya hecho deporte, sí que se han activado las articulaciones, los músculos, los sistemas nervioso y circulatorio, de manera que a partir del mediodía el cuerpo está mejor preparado para una actividad física más intensa.

Regula el reloj biológico

Hacer ejercicio a primera hora ciertamente significa recibir una buena dosis de luz natural que nos despierta y corta la secreción de melatonina, la hormona del sueño. Pero entrenarse por la tarde es aún más eficaz para equilibrar los ritmos circadianos, lo que ayuda a conciliar el sueño y a estar más despierto todo el día.

Sin embargo, para conseguir este efecto regulador de los ritmos biológicos del cuerpo no se nos tiene que hacer de noche, porque entonces puede producir una acción contraria y dificultar el sueño.

Reduce el estrés

Es bien sabido que el deporte, en general, es una terapia para reducir el estrés mental. En este sentido, hacer ejercicio al terminar la jornada laboral ayuda a no llevarse los problemas a casa, separa claramente el trabajo del ocio y disminuye la tensión acumulada.

El ejercicio reduce los niveles del cortisol y la adrenalina, las hormonas del estrés, y aumenta las endorfinas, hormonas relacionadas con el buen ánimo y el bienestar.

Los estudios muestran que el ejercicio aumenta los niveles de energía en un 20% y reduce la fatiga en un 65%. Así que entrenarte después del trabajo te permite disfrutar más a fondo de las horas de ocio por la tarde y por la noche.

Aumenta los años de vida

Un estudio realizado con más de 90.000 personas muestra que hacer ejercicio entre las 11 y las 17 horas es más beneficioso que hacerlo por la mañana o a partir de las cinco de la tarde.

La investigación, publicada en la prestigiosa revista Nature Communications, proporciona evidencia de cuánto puede ayudar el ejercicio físico a prevenir enfermedades. Pero, conviene insistir en que, si no se puede hacer ejercicio por la tarde y se hace por la mañana, también resulta muy beneficioso para la salud.

Sin embargo, los autores advierten de que la primera hora de la mañana podría no ser el mejor momento para hacer ejercicio muy intenso porque los niveles de cortisol y la presión arterial se encuentran en su pico más alto, lo que puede aumentar el riesgo de sufrir un infarto cardiaco o un derrame cerebral.

De hecho, en general, se haga o no ejercicio, los accidentes cardiovasculares son más probables temprano por la mañana y menos por la tarde.

¿Qué ejercicio es más beneficioso por la tarde?

Lo ideal es un entrenamiento que combine la actividad aeróbica, que requiere un esfuerzo del corazón y del sistema respiratorio, y el trabajo muscular.

Si tu horario laboral no te permite planificar un entrenamiento, siempre puedes aprovechar el descanso del almuerzo para dar un paseo a paso ligero, subir unas escaleras o hacer flexiones. El objetivo es que el ritmo cardiaco aumente significativamente.

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