¿El seguro de coche repara los daños propios?
Cuando tú mismo causas una abolladura, o tienes un accidente donde no hay un tercero involucrado, la cobertura de daños propios es la solución para reparar tu coche.
Los daños en vehículos causados por cualquier tipo de siniestros o accidentes de tránsito, por lo general son indemnizados con distintos tipos de coberturas por parte de las empresas aseguradoras.
Si haces daño a otra persona con tu coche, generalmente esos accidentes son cubiertos por la cobertura básica de Responsabilidad Civil (que es la cobertura obligatoria por ley que todo conductor debe contratar).
Pero es verdad que, dependiendo del tipo de daño que ocasiones a tu vehículo, también pueden entrar en juego otras coberturas como por ejemplo los robos o rotura de cristales, entre otros.
Usualmente un tercero responde por los daños en el caso de un accidente, cuando es el culpable del evento al rellenar un parte amistoso; pero, ¿qué sucede cuando eres tú, el conductor, el causante del siniestro?
Si el causante es un tercero no identificado como, por ejemplo, alguien que daña un vehículo que está estacionado y no se hace responsable, la indemnización se puede hacer por daños propios.
Los seguros a todo riesgo son los que incluyen los daños propios. De hecho, esta cobertura es la que los diferencia de los demás.
El seguro a contratar para tener esta cobertura, es el seguro de coche a todo riesgo, y es superior a las comunes. Es decir, la protección es mayor que la básica a terceros completo.
¿Qué incluye la cobertura de daños propios?
La reparación o indemnización por daños propios abarca solo lo material. Las pólizas a todo riesgo no cubren los daños físicos que sufra el conductor, ni los causados a otro pasajero.
Por lo general, algunos casos en donde aplica la cobertura son: por la caída de un rayo o pedrisco, o también si abollas el coche aparcándolo.
¿En qué casos no se aplica la cobertura de daños propios?
Las excepciones se dan por lo general en dos renglones:
- Daños correspondientes a coberturas específicas
No son indemnizados aquellos siniestros que correspondan a otro tipo de coberturas, como por ejemplo la rotura de una ventanilla (en este caso se aplica la garantía por rotura de lunas), o a un daño en la cerradura por robo (garantía por robo), ni tampoco un incendio.
Esto respondería a coberturas específicas en un seguro de coche, puesto que los daños no serían causados por el asegurado y, por ende, no pueden ser calificados como daños propios. - Riesgos consorciales
Son aquellos asociados a situaciones específicas vinculadas eventos poco frecuentes como terrorismo, tumultos, o bien derivados de los daños ocasionados por las Fuerzas Armadas y los cuerpos de seguridad en épocas de paz.
Estos daños también abarcan los destrozos generados por fenómenos naturales, tales como un terremoto, inundación o erupción volcánica. Todo esto es derivado a la responsabilidad del Consorcio de Compensación de Seguros.
Si el daño es causado por un vehículo conocido, la cobertura que aplicaría es la de responsabilidad civil por parte del coche que ocasionó el accidente.
¿Por qué contratar estas pólizas para un coche?
Este tipo de seguros no son recomendables, en cualquier caso; sin embargo, hay un par de escenarios en los que se destacan como la mejor opción:
- Daños propios en coches nuevos
El seguro es más importante si el coche es nuevo o kilómetro cero, porque el costo de las reparaciones suele ser muy alto. Los desperfectos que se cubren son los relacionados con el accidente y no los de daños previos. - Cobertura de daños propios si no se tiene un aparcamiento
Se debe contratar un seguro a todo riesgo si el coche no tiene un aparcamiento propio, puesto que estará expuesto a mayores riesgos y será blanco de daños ocasionados por terceros que posiblemente no respondan por ellos.
¿Cómo se hace la indemnización ante un accidente?
La compañía podrá responder de dos maneras, bien sea con la indemnización monetaria o la reparación de los daños.
Sin embargo, dependiendo del tipo de accidente y de la póliza contratada, puede que se responda por el valor venal o a nuevo del vehículo, o incluso que se haga la reposición del coche cuando se considere que es una pérdida total.
- Valor de nuevo: Es el precio que se tendría que pagar para comprar un coche nuevo.
- Valor venal: Es el precio al que se podría vender el coche.
Para tener una referencia, el valor venal de un coche con una antigüedad de cinco años es un 60% inferior al precio del mismo vehículo cuando se compra como nuevo.
Por esto, la contratación de un seguro por daños propios es más recomendable en el caso de que los vehículos sean nuevos. De lo contrario, algunos conductores prefieren la contratación de un seguro con franquicia o de una póliza a terceros.
¿Cuándo contratar un seguro con franquicia?
Si el coche no es nuevo, con el paso de los años lo usual es que se busquen alternativas como las del seguro con franquicia. Esta opción es recomendable para abaratar el precio de la póliza.
La modalidad se trata de una cantidad fija que se pacta entre el tomador y la aseguradora. El monto que se establece no deberá ser pagado por la compañía aseguradora en caso de siniestro, y será por cuenta del asegurado. Cuanto mayor sea la franquicia, mayor será el descuento sobre la prima inicial y viceversa.
Un ejemplo de este tipo de póliza es que si el contrato establece que la franquicia es de 200 euros y el siniestro requiere una indemnización de 300, la aseguradora solo deberá pagar 100. En otro escenario, si el incidente tiene un costo de 200 euros, la empresa aseguradora no tendrá la responsabilidad de cubrir ningún costo.
En Zurich Seguros puedes añadir una franquicia de 200 €, 300 € o 600 €.
Cuando el coche tiene una antigüedad de más de 7 años, un seguro a terceros representa una mejor opción, puesto que la diferencia entre el costo de las reparaciones y el de la póliza de seguro a todo riesgo puede ser un punto de consideración para el tomador del seguro.
Coberturas sujetas a lo indicado en las Condiciones Generales y Particulares de la póliza.