Visitas al fisioterapeuta. ¿Cuándo debo ir? ¿Por qué es importante?
Las visitas al fisioterapeuta son habituales para un gran número de personas con dolencias en los músculos, huesos o tendones. Si practicas deporte, seguramente habrás recurrido más de una vez a un tratamiento fisioterapéutico. Y, si no lo has hecho, aquí te explicamos por qué es importante y en que te beneficiará. ¿Empezamos?
Las visitas al fisioterapeuta son habituales para un gran número de personas con dolencias en los músculos, huesos o tendones. Si practicas deporte, seguramente habrás recurrido más de una vez a un tratamiento fisioterapéutico. Y, si no lo has hecho, aquí te explicamos por qué es importante y en que te beneficiará. ¿Empezamos?
¿Cuándo ir al fisioterapeuta?
Es una duda muy común y hay una gran variedad de casos en los que resulta recomendable; no solo cuando es necesario recibir tratamientos rehabilitadores, sino también para prevenir daños, lesiones o recaídas en determinadas zonas. Quienes realizan actividad física de forma habitual no son los únicos que acuden a este tipo de consultas: también hay personas que no practican deporte regularmente que deben acudir a un experto para superar sus molestias, recuperar la movilidad, mejorar su estado físico o, simplemente, para frenar el deterioro de la edad
Básicamente, un fisioterapeuta es un profesional que trata de mejorar el estado de tu cuerpo, masajeándolo, usando maquinaria adecuada, corrigiendo malas costumbres y recomendando ejercicios rehabilitadores.
Así pues, ¿cuándo es recomendable que pidas cita con un fisio? Puedes hacerlo en cualquier momento en que sientas dolor en tus músculos, huesos o articulaciones. Por ejemplo, si has sufrido un accidente laboral por rotura de un tendón y has sido operado para restablecer la zona afectada, es posible que tengas que incluir la fisioterapia diaria en el proceso de recuperación que vendrá después de la intervención quirúrgica. De igual manera, si sufres tensión de espalda debido a malas prácticas posturales en tu puesto de trabajo, también sería recomendable que recibieras unas sesiones con un especialista.
Como ves, hay innumerables casos en los que está recomendada la asistencia a una clínica de fisioterapia. Personas de cualquier edad y en cualquier momento de sus vidas pueden necesitar este tipo de técnicas rehabilitadoras.
Ten presente que, contrariamente a lo que algunas personas creen, la fisioterapia no causa dolor sino que ayuda a reducirlo. No obstante, después de una lesión y, sobre todo, tras una intervención quirúrgica que reduzca la movilidad de alguna extremidad, es necesario restaurar la zona: en estos casos, los fisioterapeutas realizan ejercicios con el paciente para ayudarle a mejorar su movilidad de manera progresiva, lo que, en ocasiones, puede causar molestias.
Sin embargo, a la larga, esto resulta fundamental para una recuperación adecuada. Y, en muchos casos, gracias a ello se consigue un restablecimiento total de las condiciones anteriores a la intervención.
¿En qué beneficia el fisioterapeuta?
Entonces, ¿cuáles son los beneficios de ir al fisioterapeuta? Además de prevenir lesiones, rehabilitar zonas afectadas o eliminar dolores en algunas zonas del cuerpo, el profesional orienta y aconseja en materia de buenas prácticas al paciente para que su proceso de recuperación tenga un ritmo adecuado y sea satisfactorio.
Normalmente, además de masajes y aplicación de pequeñas corrientes eléctricas, el fisioterapeuta establece una tabla de ejercicios específicos, tanto para su realización en la sala de la clínica como para que el paciente ponga en práctica por su cuenta. Así, el especialista contribuye a la recuperación de las lesiones trabajando codo con codo con el paciente y guiándole en su proceso. Un buen tratamiento de este tipo proporciona rehabilitación, apoyo, entrenamiento de rendimiento y ayuda con la movilidad y el alivio del dolor.
En el caso de deportistas, que someten a una presión continua a sus articulaciones, las visitas a estos expertos suelen ser bastante habituales. Y es que no solo se acude a uno para tratar dolencias, sino también para calmarlas y prevenir lesiones. Además, con él puedes trabajar la mejora de posturas, la flexibilidad o la forma correcta de hacer estiramientos. Hay también mujeres que se tratan después del parto, personas con discapacidad que acuden para favorecer su movilidad y pacientes que necesitan recibir sesiones después de una operación de prótesis de cadera, hombros o rodilla, por ejemplo.
Otro de sus beneficios es que contribuye al control de enfermedades cardíacas y pulmonares, tanto en quienes se han sometido a cirugía o han sufrido un ataque cardíaco como en personas con problemas menores en estos aspectos. Por ejemplo, existen ejercicios de fortalecimiento, acondicionamiento y respiración que ayudan a eliminar el líquido de los pulmones.
Si haces deporte de forma habitual, es importante que, de vez en cuando, recurras a alguna clínica de confianza para comprobar que todo marcha correctamente en tu cuerpo. Los fisios comprenden la forma en que el deporte incrementa el riesgo de sufrir determinados tipos de lesiones, y saben qué revisar y cómo aconsejarte al respecto.
En conclusión, si visitas al fisioterapeuta con frecuencia, disfrutarás de una vida deportiva sana y sin sobresaltos. Un experto diseñará para ti un programa de ejercicios de recuperación o prevención adecuado y personalizado, siempre en función de tus necesidades.