Desde Zurich aspiramos a que el ahorro se perciba como una estrategia positiva en el ciclo económico de las personas

Elisabet Hernández es Head of Life Retail en Zurich desde febrero de 2024, aunque lleva vinculada a la compañía desde 2016 y ha ejercido otros cargos de relevancia. Pese a definirse como una persona de números, invierte buena parte de su tiempo en la lectura del BOE y de todas aquellas normas y guías que inciden en el negocio asegurador. La curiosidad y el afán de compartir conocimientos son dos de los motores de su día a día.

Pregunta: ¿En qué consisten los seguros de vida?

Respuesta: Son un complemento a las prestaciones y pensiones públicas, pero también nos ayudan en la consecución de otros objetivos que requieren de una aportación económica. Un ejemplo del primer grupo son las rentas del ahorro que podemos percibir una vez nos jubilamos para complementar la pensión. En el segundo grupo se incluiría ese dinero que apartas para comprar un piso o cursar un máster.

P: ¿Se nos da bien ahorrar?

R: La hucha del cerdito tiene una connotación negativa en la sociedad porque ahorrar se ve como un sacrificio. Los jóvenes, con los que tenemos en marcha numerosos proyectos de voluntariado, deben aprender lo esencial de la planificación financiera, pero el retiro les queda lejísimos y hablar de esa hucha les parece una losa. También existe una brecha cultural; España espera mucho de la parte pública. 

P: Eres diplomada en Estadística y licenciada en Ciencias Actuariales y Financieras. Puro guarismo.

R: Hasta febrero gestionaba un equipo de actuarios, estadísticos y matemáticos para crear y mantener los productos de seguros de vida retail. Es el equipo más técnico, el que idea las fórmulas para calcular el precio del seguro y los riesgos que asume la compañía aseguradora, pero desde entonces me muevo en más frentes. Ayudo al equipo de suscripción médica, al que da soporte a la mediación, a quienes distribuyen los seguros. Es una labor más coral, de directora de orquesta, aunque me guste mucho el trabajo de descender al detalle. Me encanta ver el potencial de las personas y contribuir a que crezcan profesionalmente.

P: Los seguros de vida también cubren el episodio de la muerte.

R: En este supuesto, la finalidad de este tipo de seguro es ofrecer cierta protección ante una muerte prematura, por ejemplo, para los hijos del asegurado. El ciclo económico de vida de una persona puede pasar por diferentes momentos y en ellos pueden intervenir varios tipos de seguros con diferentes esfuerzos asociados (complementar las pensiones, o una incapacidad, o un trayecto formativo, o una hipoteca).

P: Si la brecha cultural de la que hablabas se nota en general cuando toca plantearse el ahorro, la barrera debe ser mayor aún al tratarse de un futuro fallecimiento.

R: El tabú está ahí. Pero poco a poco llegamos a un público más amplio gracias a un mensaje optimista. Zurich está ahí para protegerte en esos momentos duros. Y la prevención juega un papel clave y ha de sortear esa memoria cortoplacista de los seres humanos. Hoy tenemos una capacidad impresionante para conectar con el cliente a través de las redes sociales, los mensajes, la publicidad… siempre con ese enfoque positivo.

P: Hay tipologías de seguro donde la revolución digital deja ya su huella. ¿En qué momento están los seguros de vida en ese contexto disruptivo?

R: Hay muchas cosas que no evolucionan: nos seguimos muriendo y seguimos enfermando. Las transformaciones no han sido tan drásticas como con los seguros de objetos. Hace dos décadas, el smartphone no existía. Lo que sí cambia es que cada vez somos más longevos y nos aseguramos más años buscando una rentabilidad mayor. Los humanos siempre buscamos lo mismo: estabilidad. Quizás en el futuro sí que se incorpore la novedad del soporte psicológico en los seguros de vida, aunque Zurich ya cuenta con servicios como la gestión gratuita del testamento por la vía on line. Por otra parte, hay un giro normativo obvio a nivel europeo y alrededor de la sostenibilidad y la digitalización. Y ahí, en lo digital, sí se percibe un gran movimiento en el sector asegurador: hasta 2018, contratar seguros de vida a través de internet era un exotismo.

P: ¿Comprende el cliente lo que contrata?

R: Este es un sector muy regulado y al cliente se le explica todo al detalle, pero una póliza es un contrato entre dos partes y hay que leerlo bien. Desde las aseguradoras intentamos que esa documentación sea cada vez más sencilla de leer, dejando claro cómo se calculan los intereses y cómo se rescata un producto. Además, ocurre con frecuencia que el cliente ignora qué cantidad necesita cuando se materializa el hecho asegurado. Corresponde al mediador indagar un poco para averiguar qué capital puede ofrecerle.

P: Una de las ciencias más inexactas de las empresas es el liderazgo. ¿Cuál es tu receta para conseguir que un equipo funcione?

R: La cercanía es muy importante. Yo empecé desde abajo y tuve la suerte de ejecutar tareas que hoy corresponden a otros compañeros, de modo que puedo ponerme en su lugar. Entiendo los picos de carga de trabajo, de ahí que busquemos la mejor manera de organizarnos y comunicarnos. Ese contacto me permite entender dónde están las fricciones e identificar a las personas con talento claves para la compañía.

P: También cultivas la faceta docente.

R: Cuando volvía del colegio explicaba siempre a mis padres lo que me habían explicado a mí. Ellos pensaban que sería profesora. En el trabajo me encanta explicar, pero no pegar la chapa, sino desgranar la base para que tú llegues a la conclusión. En 2017 la Generalitat creó la FP dual y tuve la suerte de plasmar mis conocimientos en algo que puede aprovechar mucha gente, incluidos los profesionales del sector asegurador.